Kontxa Laspiur Zabala

Kontxa recibió el cariño por el euskera desde el momento en que nació. «En nuestra familia hemos apostado todos por el euskera». Tras el trabajo en el taller, Javier Zubiaurre le hizo una oferta especial: dar clases de euskera. Kontxa aceptó y junto a un par de personas más («Zabaleta, Amatiño…») comenzó a ser profesora de euskera. En aquella época, Kontxa tenía unos 40 años, eran los años sesenta.

Al principio, las clases de euskera se impartían en el Club Deportivo, «a escondido, arriba, en las aulas». Después de empezar a dar clases, dicho por su hermano Imanol, empezó a enseñar euskera en la escuela nocturna, y luego se creó AEK. «Las dos hermanas fuimos las primeras en AEK y seguimos en AEK hasta que nos jubilamos». Entonces, además, no existía el euskera batua, «pero pronto empezó el euskera batua e Imanol no los enseñó». En su recorrido para enseñar euskera, nada le ha parado, ni la guerra (Eibar, Gernika, Bilbao… ha sido testigo de muchos bombardeos), ni la dictadura, ni todos los intentos de oprimir el euskera, y ahora, a punto de cumplir 100 años, sigue con fuerza.

En la 11º edición, el jurado decidió premiar a Kontxa Laspiur Zabala, profesora e impulsora de AEK. Laspiur, además de representar los valores sociales de la comarca (integridad y respeto, innovación, solidaridad y cooperación, y emprendimiento), también ha representado los valores de espíritu de superación, entrega, solidaridad y resiliencia en la labor de euskaldunizar la sociedad de Debabarrena, tanto a lo largo de su trayectoria profesional como personal. La propia Laspiur, con su familia como testigo, subió al escenario a recoger el premio. La ganadora declaró sentirse «muy contenta y emocionada»: «Yo he trabajado muy a gusto a favor del euskera. Lo único que quiero es salvar el euskera. De todos depende hablar en euskera. Gora euskara!».