Julen Zabaleta Barrenetxea nació en Elgoibar en 1921, pero residió en Eibar desde hace más de 60 años. Desde muy pequeño tuvo claro su afición por el dibujo y desde el principio demostró un talento especial para ello. Con seis años su padre le regaló su primer lapicero y desde entonces no ha dejado de dibujar ni un solo día. A sus 97 años, aún sigue dibujando a plumilla con destreza y trazo firme.
Ha trabajado en diversas empresas de máquina herramienta como delineante y proyectista, haciendo dibujos de las máquinas y realizando croquis explicativos del funcionamiento de las máquinas para los libros de instrucciones. Empezó a trabajar con apenas 15 años, primero en Forjas de Elgoibar y más tarde en Ciaran, Jarbe, Goiti y Danobat, donde se jubiló en 1986.
Su habilidad y constancia le han permitido realizar cerca de 7.000 dibujos a plumilla con los edificios y aspectos más representativos de cada pueblo de Debabarrena y el País Vasco. Ha dibujado todas las ermitas guipuzcoanas y un buen número de las alavesas, vizcaínas y navarras, así como iglesias, edificios públicos, caseríos, casas torre, fábricas, oficios tradicionales, etcétera, en láminas que guarda perfectamente archivadas en la biblioteca de su casa.
Su labor como ilustrador de libros, que inició en 1965, es muy destacada. Son numerosas las publicaciones que contienen sus dibujos: Pan Pin, el suplemento de la revista Zeruko Argia publicado de 1960 a 1969, los libros Eibar, Tintaz eta lumaz (2010), Goierri Marrazkitan (2013), Amaia: VIII. Mendeko euskaldunen istorioak (2006), Elgoibar, ayer y hoy (2008), o las publicaciones de todas las obras publicadas en la serie Oficios Tradicionales Vacsos de su amigo e investigador Carmelo Urdangarin (Premio Gure Balioak 2013).
A través de sus dibujos se puede contemplar la gran riqueza histórica y arquitectónica de la comarca de Debabarrena y de todo el País Vasco.